Hay algo infinitamente satisfactorio en ver a los superhéroes comportarse mal. El estoico y enigmático Batman que pierde los estribos y se comporta mal, subvierte las expectativas de los lectores, ya que carece de cierta dignidad y decoro. Es gracioso ver a Batman actuando de manera tan impulsiva.

Al mismo tiempo, los superhéroes utilizan la violencia para resolver conflictos con bastante regularidad, por lo que sigue siendo creíble. Ese es el secreto del poder de permanencia del meme: es lo suficientemente extravagante como para ser sorprendente y memorable sin ser ilógico. Los creadores pueden amenizar su trabajo con la referencia sin sacrificar la lógica interna de sus cómics. Quizás algún día, Giffen consiga su deseo, y los lectores y artistas podrán «seguir adelante» con la broma, pero no será hasta que ocurra un momento igualmente divertido e icónico.

Fuente: Comic News CBR

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